Mi historia comenzó cuando llegué a Estados Unidos a los 18 años, de manera ilegal, sin un plan claro y sin recursos. Como muchos inmigrantes, enfrenté enormes desafíos, desde no hablar el idioma hasta tener que adaptarme a una nueva cultura. A lo largo de los años, cometí errores, pasé por fracasos, estuve en la cárcel y viví momentos de desesperación. Pero, a pesar de todo, nunca dejé de aprender. Invertí en mi educación, busqué mentorías, y poco a poco empecé a construir mi camino. Hoy, después de muchos años de trabajo duro, he logrado crear negocios exitosos y ayudar a otros a alcanzar sus metas.